lunes, 8 de agosto de 2011

El estrés aumenta el riesgo de infartos

El estrés aumenta el riesgo de sufrir infarto de miocardio y enfermedades cardiovasculares aún en personas menores de 50 años
Los factores que contribuyen a las enfermedades cardíacas son varios, entre ellos los más frecuentes son la genética, el colesterol alto, la hipertensión arterial, la Diabetes, el tabaquismo, el sedentarismo y el sobrepeso.
Pero existe otro factor que puede causar infartos y problemas cardíacos, aún sin que exista ninguno de los factores antes mencionados y en caso de existir multiplica los riegos que representan.
El estrés y las enfermedades del corazón
Seguramente todos hemos escuchado decir que el estrés afecta la salud hasta el punto de poner en riesgo la vida, pero tal vez no hemos tomado plena conciencia de porqué el estrés llega a dañar el corazón y ocasionar un infarto.
Siempre pensamos que los médicos exageran un poco y que no debe ser para tanto o preferimos creer que el estrés no nos puede afectar ya que eso es algo que le ocurre a los demás.
Si bien es cierto que el estrés no afecta a todas las personas del mismo modo está comprobado que en situaciones de tensión se produce una contracción (vasoconstricción) de los vasos sanguíneos y se reduce el flujo de sangre hacia el corazón con lo cual le llega menos oxígeno, la presión arterial aumenta y se multiplican las posibilidades de formación de coágulos en las arterias.
Cuando alguien está expuesto a situaciones continuadas de tensión, preocupaciones, enojos, malestar o angustia se potencian las probabilidades de daños en los vasos sanguíneos y en el corazón.
Si además del estrés se suman algunos de estos factores: Hábito de fumar, alimentación abundante en grasas, sobrepeso, sedentarismo, hipertensión o Diabetes, será una combinación que multiplicará las posibilidades de sufrir enfermedades coronarias y padecer un infarto de miocardio.
Controlar el estrés no es tarea fácil porque no se cura con un medicamento sino que es necesario efectuar cambios en la propia personalidad, aunque esto implique dejar de lado algunas conductas aprendidas desde la infancia para reaprender a valorar lo que es realmente importante en la vida.
Recordemos que al perder la salud todo lo demás carecerá de importancia, quienes la han perdido saben que darían todo lo que tienen por recuperarla, merece la pena hacer lo que esté a nuestro alcance para controlar el estrés antes de que este dañe al corazón, la salud o la vida misma.

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